El partido que Darío (y también Etxeberria) debía ganar era el de anoche, el primero y ante un adversario que, sobre el papel, es el menos fuerte de los tres que se encontrará el pelaire en la liguilla. Ganar para adquirir confianza y ganar porque sumar el primer puntos significa que con una segunda victoria está, salvo catástrofe, en semifinales. Por eso era tan importante vencer.