El no 7 de julio del Labrit

El recinto pamplonés vivió San Fermín con entrenamientos

Diario de Navarra. Si hay un sentido esencial en la pelota es el sonido. Hay que oírla. Este martes a mediodía, 7 de julio, el silencio del Labrit lo rompían los pelotazos de los cuatro pelotaris de Aspe que se entrenaban en el recinto pamplonés. A esas horas, en condiciones normales y sin covid-19, se debería haber oído el murmullo inconfundible, único, de una Bombonera a reventar como todos los días 7 por la mañana, con los pelotazos y los corredores de fondo.
Previous Post
«Irungoa izan da defentsan orain arte egin dudan partidarik onena»
Next Post
«El confinamiento me ha servido para aprender cosas nuevas»