La zurda exquisita de Aimar Olaizola arrebata las loas al descorche del curso colorado de Oinatz Bengoetxea, al que se le notó falto de duelos
Deia. Oinatz Bengoetxea regresó ayer a las canchas después de algo más de quince días de inactividad tras la conquista gigantesca de la txapela del Manomanista. El delantero de Leitza regresaba al ruedo, vestido de colorado y oro, con el anagrama de campeón como vitola roja que le acredita como faro del mundo manista durante todo el curso. Bengoetxea VI puso en liza ayer en el Txikito de Gallarta su segunda temporada como dominador del ranking de duelistas, una vez superado un curso mágico, en el que se le sucedieron los campeonatos oficiales con un nivel de juego extraordinario. En ellos, logró dos títulos individuales, en la jaula y en la libertad de los 36 metros, y la final del Parejas. Un hito a la altura de pocos.
