El de Amezketa afirma que el llegar a la cita de este domingo le ha resultado muy difícil por las dudas que ha tenido que superar en torno a su estado físico
Jokin Altuna está más que acostumbrado a vivir semanas como esta, previas a una final. La del domingo será la octava consecutiva para el de Amezketa en el Cuatro y Medio y la decimotercera contando los tres grandes campeonatos manistas. Son datos que hablan de una carrera meteórica para un pelotari que sólo tiene 27 años. Pero como recalca Altuna en su charla con este periódico, “los datos no ganan partidos”. El tricampeón de la jaula se centra en su rival, Peio Etxeberria, y en dar lo mejor de sí en una cita, la del día 19 en Bilbao, a la que le ha costado mucho llegar, debido a los problemas físicos a los que se ha enfrentado. Por ello, se toma esta final como un regalo que, por momentos, no esperaba.