La presencia del delantero en el Adarraga ha provocado que sus gradas superen los 1.000 espectadores y, en el caso del jueves, que el frontón se llene prácticamente
Jokin Altuna se retiraba el jueves por la noche con el puño derecho en alto y saludando. Estaba en la final de San Mateo. Y las empresas, contentas pensando en la economía, aunque es más que posible que contasen con el lleno en la última jornada, la de mañana, más allá de si estaba en ella el amezquetarra o no. La otra opción era el riojano Darío Gómez, que también hubiera generado una buena taquilla. Altuna, no obstante, ha revolucionado la feria en sus dos tardes.
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