Ni Oinatz Bengoetxea ni Jokin Altuna eran favoritos al triunfo en las semifinales del Cuatro y Medio de Primera. De hecho, el amezketarra, después de realizar una liguilla de cuartos de final con altibajos, partía con el menor rango de confianza por parte de la cátedra. Más aún al enfrentarse a la solidez de Aimar Olaizola. Pero rompieron los pronósticos, que están solo para mirarlos de reojo, y se metieron en la final del acotado, la más inesperada de los últimos años.