Los errores tienen castigo

Tanto en el deporte como en la vida, los errores que se cometen castigan. Y no solo a uno mismo, sino también a los que te acompañan. Además, no dan lo mismo cuándo sean. Los errores en momentos clave echan por tierra todo el trabajo realizado hasta entonces. Esto les ocurrió ayer a Oinatz Bengoetxea y Mikel Larunbe. Después de un partido disputado, lo único que les privó a la pareja de Asegarce de la victoria fueron los yerros propios. En concreto los del zaguero vizcaíno, que tiró cuatro pelotas abajo en los últimos cinco tantos, lo que les llevó a pasar de un 18-17 favorable a ver cómo sus rivales alcanzaban el cartón 22.

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