La sensación generalizada de que al Cuatro y Medio se juega cada vez se juega más deprisa la corroboran los números. En diez años han cambiado los pelotaris que juegan en menos tiempo y menos pelotazos
¿En cuánto tiempo cambia un deporte o una modalidad? Depende de factores como los protagonistas, los elementos y el escenario. Pero una década no es un mal punto de referencia. Al menos en lo que se refiere a la mano profesional, y más concretamente al Cuatro y Medio. En las diez últimas ediciones concluidas de la Jaula -no se analiza la de este año, a falta de la final- se juega cada vez más rápido, con menos pelotazos en menos tiempo y un número similar de tantos. De las tres, el Cuatro y Medio ya era la modalidad más explosiva; ahora lo es más. Cinco variables: los tantos en juego, el tiempo, los pelotazos que se dan, los tantos de saque y las faltas dan fe de ello.