El delantero de amurrio conquista el Manomanista Serie B en el Labrit después de tumbar a Asier Agirre, que planteó un ejercicio de resistencia
21 iguales. Labrit. Mirada hacia atrás. Iker Larrazabal gira el cuello y contempla cómo Asier Agirre se prepara para ejecutar un gancho. El alavés está fuera de sitio y es prácticamente imposible que llegue a las tablas de contracancha si el navarro cruza bien. El amurrioarra está a borde del colapso en un enfrentamiento duro. Todavía recuerda el alavés cómo la final del Manomanista Serie B parece escaparse como arena entre los dedos, grano a grano, cuando minutos antes todo parecía atado y bien atado.