La afición se volcó para devolverle el cariño de trece años como profesional
Diario de Navarra. A las 18:35 de ayer, Juan Martínez de Irujo saltaba por última vez a la cancha del Labrit. Su última vez vestido como pelotari. Pantalón blanco y camiseta colorada. La de los campeones. Atravesó toda la cancha hasta el rebote acompañado de la mano por su hija June con igual indumentaria. Desde allí procesionó en su último paseillo. Nada le impedía sentir cada uno de los 26 pasos que dio hasta el cuadro cinco, donde se dejó engullir por la ovación de un frontón al completo.