La cuesta de enero de Julen Martija

Martija observa el bote de una de las pelotas, mientras su compañero Jaka lanza la mano para cogerla

El miedo y las dudas asolaron al navarro tras su regreso de un mal de manos el fin de semana pasado, pero quiere darle la vuelta a la situación

El Correo. El año pasado acabó de forma brillante para Julen Martija. A principios de diciembre se hizo con su primera txapela del Parejas después de que la pandemia y la huelga de pelotaris de Baiko lo retrasara todo. Fue uno de los mejores momentos de su carrera, pero las secuelas llegaron más tarde. A principios de año comenzó otra vez el torneo y el navarro no es el de entonces. «Las semanas después de la final terminé cansado y agarrotado por la tensión vivida, y me costó recuperar y coger juego», admite. En las tres primeras jornadas del campeonato solo consiguió un triunfo por la mínima, y en la cuarta tuvo que parar por un mal de manos. Era la primera vez que lo hacía en los casi cinco años que lleva como profesional. Estuvo parado una semana y regresó el domingo pasado en el Bizkaia para encajar una contundente derrota en la que poco pudo hacer. «Fue un palo, pensaba que llegaba bien pero en el partido me entraron el miedo y las dudas. No estaba nada cómodo. Me puse un poco de taco más por si acaso y la pelota no me entraba del todo bien en la mano», asume.

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Etiquetas / Etiketak: jaka, Martija
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