Pelotaris de distintas modalidades, pelotazales, futbolistas, restauradores y autoridades disfrutaron de la final
Diario Vasco. El frontón Bizkaia de Bilbao volvió a convertirse en una fiesta de la pelota. No se llenó, pero faltó poco. Aún así, los seguidores de los finalistas dieron el colorido habitual a las gradas. Se entremezclaron los gritos de apoyo a Irribarria y Bengoetxea VI según se movía el marcador, pero fueron los leitzarras quienes salieron airosos. Se tomaron la revancha de la última final del Parejas. En esta ocasión, a los pelotazales guipuzcoanos les tocó abandonar cabizbajos el recinto del barrio de Miribilla.