«El sábado por la tarde, entradas para el Labrit». Este plan tan popular entre cuadrillas de jóvenes con ganas de juntarse y disfrutar -claro precedente del «tardeo»- ha sido un complemento importante en los últimos años para que el frontón pamplonés sea el que más se llena y en el que más festivales se programan. Sin embargo, el desembarco de este nuevo público tiene sus contrapartidas: en ocasiones, el ambiente festivo engulle al propio y tradicional del deporte de la pelota.