El delantero de Arama vuelve a disfrutar en la cancha y jugará la final del Parejas tras superar un mal año en el que ha recurrido a un psicólogo deportivo para mejorar
El Correo. Iker Irribarria vuelve a sonreír. Después de una temporada en la que no llegó a jugar las semifinales de ninguno de los tres torneos oficiales, el de Arama está en la final del Parejas. Lo ha pasado mal. Fue campeón a los 19 años, «y cuando estás arriba y eres tan joven no es fácil asimilarlo todo». Pero ha puesto los medios para ello.