El de Goizueta realizó ayer su última elección de material en el frontón en el que ganó su primera txapela
Gara. Si Aimar Olaizola ha elegido una especie de regreso al origen con la elección de su Goizueta natal como sede de su último partido como profesional, el Ogeta gasteiztarra puede suponer otro círculo a cerrar, pues fue la exigente cancha gasteiztarra la que vio al navarro calarse su primera txapela de primera, la del Cuatro y Medio –su modalidad fetiche– de 2002, tras imponerse a Abel Barriola por 22-13 en la que fue también su primera final.