Ezkurdia reconoce que la situación actual «no es la mejor para afrontar una final», pero tratará de estar «centrado» por si le toca jugarla el domingo
El Correo. Joseba Ezkurdia es uno de los principales damnificados por las dos vertientes de las que pende la pelota fuera de las canchas. Está en la final del Parejas después de que el juez único de la Liga de Empresas decretara un 22-0 a su favor tras la huelga iniciada por el colectivo de pelotaris de Baiko que ha llevado el asunto a los juzgados, y tiene a su zaguero, Julen Martija, confinado tras dar positivo por coronavirus. Por eso, cuando se le pregunta cómo está viviendo esta semana previa la define como «rara, diferente». «La situación es mala. No es la mejor forma de estar mentalizado para jugar un partido de estas características».