En la última década, el peso del Manomanista en los nuevos aficionados a la pelota ha decaído en beneficio del Parejas -partidos más largos- o de la rapidez y el juego vertiginoso del Cuatro y Medio. Pero encuentros como el que protagonizaron el domingo en el campeonato de promoción el riojano Zabala y el alavés Larrazabal son los que dejan patente que el mano a mano es diferente a todo lo demás, es la prueba reina, la más exigente en todas las facetas del juego. Recuerden que Zabala fue ganando con parciales aplastantes: 18-2 y 20-4. Pero reaccionó el pelotari de Baiko hasta acabar forzando un 21 iguales, que se descantó a favor de Larrazabal en un saque-remate final.
La grandeza del mano a mano
