Deia. Las mariposas aún no revoloteaban por el estómago de Beñat Rezusta (Bergara, 1993). Son caprichosas y viven en la frontera entre las altas pulsaciones y el frenopático. Las mariposas no llevan reloj de pulsera. Son impuntuales e incómodas. Sin embargo, cuando aparecen comienzan a crecer hasta convertirse en una manada de perros de presa hambrientos, indómitos, rasgando el plexo solar. Las mariposas son solo rumores cuando se manifiestan, pero su senda se asfalta de baldosas amarillas repletas de ilusión y miedo.
Las mariposas impuntuales
