Está en su segunda final del Manomanista tras llegar más fresco por un verano atípico y superar el desgaste de mediar en la huelga de pelotaris
El Correo. El pasado domingo lo pasó mal, «pero con sufrimiento se saborean más las victorias», reconoce. Está en su segunda final del Manomanista después de vivir unas semanas atípicas con la huelga de pelotaris en la que medió entre sus compañeros y las empresas. «Hay que pasar página, pero no hay que olvidar lo ocurrido y sacar conclusiones todos», advierte.