Jokin Altuna fue homenajeado por sus vecinos el viernes en Amezketa | Le obsequiaron con dos txapelas, una placa, un cestaño de madera, una escultura de cerámica, una chaquetilla de cocinero y también le cantaron tres bertsos
Diario Vasco. «¿Sabes lo que me van a regalar? Yo no tengo ni idea y estoy un poco inquieto», nos preguntó Jokin Altuna en los arkupes del ayuntamiento de Amezketa, en cuyo anexo está ubicado el frontón Larrunarri, minutos antes del comienzo del festival nocturno del viernes. La respuesta fue negativa. El secretismo era absoluto. Sus vecinos y allegados querían que fuese una sorpresa, aunque el pelotari tenía la mosca detrás de la oreja.