El zaguero, con once errores no forzados, carga con la responsabilidad de la derrota: «He hecho un partido muy malo»
Deia. Un sueño convertido en pesadilla. Así puede resumirse lo que significó la final de ayer para Mikel Larunbe, que vivió una tarde aciaga en el peor momento posible, cuando la txapela asomaba a la vista. El zaguero de Galdakao, en su primera cita de campanillas, no estuvo a la altura de las circunstancias para lamento propio y de Oinatz Bengoetxea, por quien el vizcaino admitió sentir “pena” al término de una contienda en la que no tuvo reparos en subrayar que el de Leitza “merecía mucha más ayuda por mi parte”.