Un frontón a reventar se volcó con Juan Carlos Unzué y todos los enfermos de ELA en Navarra en un festival muy emotivo
“Soy un hombre frío y habéis conseguido emocionarme, de verdad”. Era la voz entrecortada de Juan Carlos Unzué, solo en su silla de ruedas en mitad de la cancha, en un frontón Labrit que dos minutos antes atronó en un aplauso inolvidable por él y por todos los enfermos de ELA en Navarra. La última vez que la Bombonera había sonado así, con un aplauso tan largo, fue en la despedida de Oinatz Bengoetxea, hace menos de seis meses. Quienes sufren la enfermedad sintieron ayer el calor y el cariño de un frontón rebosante que le dio un sotamano a la ELA.
