El delantero navarro supera al campeón, incómodo y desubicado, y es semifinalista del Cuatro y Medio
Un canto en la contracancha: 100 a 30 a favor de Jokin Altuna. En el retrovisor: tres txapelas y seis finales junto a unos porcentajes de victorias en el Cuatro y Medio dignos de una estrella. Solo le han ganado cinco pelotaris: Olaizola II, Bengoetxea VI, Urrutikoetxea, Ezkurdia y su oponente de este domingo, Peio Etxeberria. El de Zenotz llegó con las semifinales entre ceja y ceja. La victoria era el billete. La tormenta perfecta. “Él ha estado perfecto y yo he hecho un desastre”, analizó el campeón. Las estadísticas no ganan partidos. El alma está en el juego: en un pelotazo que por un milímetro o besa la chapa o significa un tanto. El de Amezketa, incómodo, desubicado en el Atano III de Donostia, naufragó. El Titanic, lleno de boato, y el iceberg. Peio fue el kraken. Lo bordó. Aportó velocidad, remate y resistencia. Es semifinalista. Altuna III se la jugará la próxima semana ante Darío en una sede por definir. Este lunes se decide.
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