El alquimista discreto

David Domínguez, preparador físico de, entre otros, Jokin Altuna, desvela a GARA su visión particular de la evolución del pelotari amezketarra en las jornadas previas a la final del Cuatro y Medio en el Navarra Arena

Gara. El de David Domínguez es un rostro completamente desconocido para la gran mayoría de los pelotazales. Este burlatarra dice padecer el síndrome «de la madre del torero», por lo que rara vez acude a presenciar en directo el partido de alguno de sus pupilos –Jokin Altuna, Erik Jaka, Unai Laso y Julen Martija entre los actuales profesionales–. «Sufro mucho y voy muy muy poco a verles. Me pongo muy nervioso y cuando juegan entre ellos igual lo veo por la tele, pero lo paso fatal. Me entero de lo que hacen porque siempre llega algún mensaje por WhatsApp, pero lo paso fatal. Jokin está emperrado en que vaya a la final e intentaré ir».

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