Gara. Dicen que las paredes hablan y que donde mejor lo hacen es en el dos paredes, ahí donde un joven Altuna le ganó la finalísima al veterano Olaizola. Un cruce de caminos, una bifurcación de generaciones. Dos paredes, dos colores, el cartón 22, y con esos mismos años, un pelotari desacomplejado.
Jokin Altuna es el «carasucia» de las dos paredes
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