Diario Vasco. El abrazo entre Altuna III y Martija a la conclusión del partido de ayer en el Labrit lo dice todo tras conseguir su tercera victoria. Se habían liberado de una carga muy pesada -cinco derrotas consecutivas- y aunque tienen complicada su clasificación para la liguilla de semifinales, al menos respiran tranquilos. Ya llegarán tiempos mejores pensarán. Este puede ser el comienzo de revertir la situación. Una luz se encendió para ellos en la bombonera. Por contra, la misma se apaga para Ezkurdia y Ladis Galarza, cuyas opciones son muy remotas. Tienen que ganarlo todo en las seis jornadas que restan.
Una luz se enciende y otra se apaga
