Deia. ¡Frene! Un segundo de atención. El polvo del albero se suspende en el aire. Entre pálpitos, el mundo se para. Un rayo de sol. ¡Frene! Después de la fotografía, cuando el tiempo se acelera, golpes en el suelo anuncian patadas que rompen el piso. Estampida. La salida de toriles provoca que el corazón se agarre al pecho como un mejillón a una roca, asustado, nervioso, con brío, aceitado de adrenalina. Los músculos se aprietan.
Cuando ruge la marabunta
