Una defensa numantina y una aportación ofensiva suficiente dan a Olaizola II y Urrutikoetxea el pase a la liguilla de semifinales en otro agónico partido
Diario Vasco. Los cuatro se dejaron la piel en el Labrit de Pamplona. Se vaciaron. No ahorraron un gramo de esfuerzo. Pusieron toda la carne en el asador. La lógica invita a pensar que un partido tan físico, de 809 pelotazos a buena y al que solo faltaron cuatro minutos y medio para llegar a la hora y media, beneficiaría a la frescura de la juventud.