“Pocos creían en mí”, advierte tras salir campeón un inabordable Erik Jaka, la viva imagen del crecimiento
Noticias de Gipuzkoa. No hay triunfo sin sufrimiento. Las grandes conquistas, las más celebradas, requieren de una importante cuota de angustia que hace de la capacidad de superación una herramienta indispensable para mantenerse en pie al término de la batalla. El éxito no fue diseñado para los dubitativos. Tampoco para quienes aflojan en los momentos determinantes. La presión, enemiga a la cual tener bajo control a fin de no verse aplastado por ella, amenazaba ayer con lastrar a un lanzado Erik Jaka, quien se encontraba ante su primera gran final en medio de un escenario del todo inusual. Nada de eso importó al de Lizartza. Volvió a estar por encima de las circunstancias, del contexto, en la cita más esperada.