Irribarria y Rezusta, que confiesan que el de ayer no fue su “mejor partido”, elogian a Oinatz y excusan a Larunbe tras imponerse en un campeonato en el que “hemos sido regulares”
Deia. Los pronósticos se cumplieron y la gloria, lejos de resultar esquiva, abrazó con fuerza a la pareja de colorado en el frontón de Miribilla, donde Iker Irribarria y Beñat Rezusta se hicieron con la ansiada txapela para satisfacción de los aficionados guipuzcoanos. Lo hicieron con la pegada por bandera, haciendo gala de un poderío y un saber estar no reñido con la juventud. La satisfacción tras el logro, no obstante, fue comedida en sala de prensa, donde ninguno de los dos dio rienda suelta a la alegría. El respeto hacia la pareja derrotada presidió la comparecencia de ambos, quienes aseguraron que el de ayer no fue “nuestro mejor partido”.