Deia. Aimar Olaizola fue ayer el factor diferencial en el frontón Santi Brouard de Lekeitio. De su zurda nacieron los remates que le dieron el billete a la final del Torneo San Antolín de Lekeitio. Aimar tiene gancho. Con un olfato fino y un colmillo afilado, el veterano puntillero derrumbó las atalayas de una semifinal larga y muy dura. La segunda cita estelar de la feria lekeitiarra se debatió en 79 minutos y se cruzaron 839 pelotazos.
Aimar Olaizola tiene gancho
