Con solo 20 años, el zurdo de Arama ha derrumbado dos récords de precocidad en la pelota a mano
Noticias de Gipuzkoa. Iker Irribarria irrumpió en el terreno vedado a los gigantes el curso pasado con una versión inmejorable. Del suelo al techo del Manomanista. En el siglo XXI el único capaz de hacerlo, ganar la txapela más grande en su primera participación, fue Juan Martínez de Irujo, delantero de leyenda, uno de los mejores de la historia. El zurdo de Arama, con una propuesta seria y en la que se le desbordaba la chispa, tiró la puerta abajo. En 2015, año de su debut, a los pocos meses de estrenarse, alcanzó la final de Segunda, pero Víctor Esteban, buscando el enredo y la solidez, se llevó el título. Un verano de trabajo a destajo, en el que la progresión del delantero no pasó inadvertida a Aspe, le puso rumbo al Cuatro y Medio de Primera y al Parejas, en detrimento de otros manistas más experimentados, como Julen Retegi. La operadora apostó. Irribarria se llenó de cemento para acudir al Manomanista más hecho.