Desde una metodología heterodoxa, consciente e inteligente, el navarro David Domínguez ha logrado que dos de sus deportistas disputen mañana la final del Manomanista 2020, esa que él prefiere no ver
Diario de Navarra. No se prodiga demasiado. Prefiere permanecer al margen de los focos y que sean los resultados competitivos de sus deportistas quienes hablen por él. El preparador físico David Domínguez, con más de veinte años de experiencia, comparte la responsabilidad de ser artífice y guía de los dos finalistas del Manomanistas 2020.
Desde hace seis años supervisa la evolución física de Altuna III y desde hace cinco la de Erik Jaka. Ellos y los zagueros de Aspe, Julen Martija e Iñigo Bikuña, conforman un grupo de trabajo solidario y de crecimiento mutuo que ha tenido que lidiar este año con la incertidumbre pandémica, el nuevo marco competitivo de la mano profesional y su renacimiento en el mano a mano. “Hay que poner en valor que de un mismo grupo de trabajo haya dos finalistas”, subraya.