El campeón del Manomanista inicia la defensa de la txapela con un triunfo trabajado frente a Javier Zabala en el frontón Ogueta de Gasteiz
Un suspiro. Libre al fin. Aitor Elordi se despidió este viernes por la noche del frontón Ogueta de Gasteiz con alivio, pero con victoria. El campeón del Manomanista marca su territorio. Inicia la defensa del título más grande de la campaña manista profesional con un triunfo que llena el tanque de la confianza del mallabitarra, que en los días previos reconocía que no se estaba encontrando cómodo a la hora de entrar al remate, su principal ariete. Lo hizo, además, con fortaleza mental en el tramo final ante un Javier Zabala que no se rinde nunca, ni siquiera cuando pintan bastos con un 21-15 en el luminoso. El riojano no parece estar en su primer campeonato como titular, desde luego, pues cambió la dinámica del choque en apenas ocho pelotazos con un final a tumba abierta, sin nada que perder. Valiente. Arrojado. Es lo que se le pedía, porque condiciones tiene de sobra.
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