El navarro destacó la fortaleza física y mental de una de las finales más duras y emocionantes que ha disputado en su carrera profesional
Cuando terminó de atender sus compromisos televisivos, Joseba Ezkurdia no dudo en correr en brazos de sus familiares, amigos y vecinos de Arbizu que se agolpaban con fervor en el recibidor del frontón Bizkaia. Abrazos, palmadas en la espalda, saltos de alegría aferrando una pancarta rotulada: “Hoy y siempre, Ezkurdia”. Una explosión de jubilo que el tres veces campeón del Cuatro y Medio no quiso eludir. “Las txapelas están muy bien pero todo lo que nos llevamos de esta vida es ese cariño y ese apoyo incondicional”, remarcó el delantero navarro.