Las txapelas no son una obsesión para Oinatz Bengoetxea, que apuesta más por disfrutar que por asfaltar su senda de lana. La final del Manomanista ante Irribarria es la guinda de un gran curso
Deia. “El Cuatro y Medio fue reivindicativo. Al alcanzar la primera línea, el resto de torneos oficiales, no” “El deportista tiene momentos buenos y momentos malos. En los malos, hay que sacar el carácter” “Estar arriba me vale más que ganar un partido o ganar una txapela, es lo que da la ilusión diaria”.