Creen que Urrutikoetxea llegará en condiciones a la final del Manomanista y puede contrarrestar la pegada de un Irribarria que está con confianza
El Correo. La tradicional comida de campeones del Manomanista contó ayer por primera vez con la presencia de los dos finalistas, que ya cuentan con una txapela y se disputan la segunda dentro de ocho días. Hubo algunas ausencias destacadas por diferentes motivos, pero entre los que estuvieron ninguno se atrevió a dar un favorito claro, porque esperan un duelo reñido entre dos estilos diferentes.