Deia. Jokin Altuna no quiso marcharse del Bizkaia hasta quedarse completamente a gusto. Remates y más remates hasta que consiguió quedarse con una buena sensación, un buen golpe que le ayudó a decir basta. El delantero de Amezketa acudió ayer al escenario de la final del domingo 27 para realizar un intenso entrenamiento. Más de una hora de duro ejercicio en el que realizó primero un partido con el aficionado tolosarra Ioritz Egiguren y luego completó la jornada con una sesión técnica dirigida por Jokin Etxaniz. No se dejó nada en el tintero, lo probó todo. Ganchos desde lejos, voleas, dejadas… trató de afinar todo su repertorio y buscó adaptarse de la mejor manera posible a los saque de Aimar Olaizola utilizando a su sparring como encargado de realizar saques bombeados uno tras otro y tratar de encontrar algo similar a lo que tendrá que enfrentarse en la lucha por la txapela.
Sesión dura y positiva
